Por Jorge Rachid*
La región está conmovida por una sucesión de acontecimientos que han sacudido sus estructuras institucionales, verificando una vez más que cuando los gobiernos populares llegan a ser mayoría en las urnas, el poder real, asociado con los intereses estratégicos del poder imperial, que ya no tiene cara exclusiva de EEUU sino que responde hoy a Fondos de Inversión buitres supranacionales, cadena de medios hegemónicos en sus manos, y los planes militares de la OTAN en el Atlántico y Pacífico Sur.
Estos poderes coaligados lo hicieron desde el 2005, cuando el NO al ALCA derrumbó las directivas del Consenso de Washington ante el estupor del imperio, que tuvo que reformular sus planes a los fines de impedir la expansión de gobiernos populares que afectaban directamente sus intereses. Esa nueva dirección incluyó desde destituciones parlamentarias: Dilma y Lugo, acosos judiciales con la No Justicia llamada Lawfare, sobre los líderes como Correa, Lula y Cristina, golpes de Estado como contra Evo y en nuestro país el brazo de la inJusticia extendido a Milagro, Boudou, De Vido y otros. Es indudable que un mecanismo similar están repitiendo en estos tiempos en América latina.
Veamos la sucesión de acontecimientos que son publicados como fotos dispersas de una película que sólo se puede observar por fotogramas, y encontramos como actuó el poder sobre AMLO en México fracturando su mayoría en el Bloque de Senadores condicionando su accionar a futuro; la destitución de Pedro Castillo en Perú que tomó decisiones extremas ante el acoso corrupto de una oposición fujimorista salvaje, llamando a una Asamblea Constituyente para reformular la Constitución, algo inaceptable para el poder real; la Media Luna Oriental de Bolivia amenazando con la secesión a Arce, igual que en nuestro país Cornejo PRO/CAMBIEMOS Gobernador entonces de Mendoza, planteaba la separación de la provincia de la Argentina o los planes de la OTAN por secesionar la Patagonia Austral del continente, en su expansión hacia el mar territorial argentino, la Antártida y los Pasos Interoceánicos, en pleno proceso.
La Argentina transcurre en una democracia debilitada por el ataque sistemático sobre el Gobierno popular, que ha debido transcurrir su gestión desde la reparación del saqueo a la Pandemia, desde la guerra mundial en desarrollo hasta una intención destituyente de PRO/CAMBIEMOS, que intenta por todos los medios impedir la culminación normal del período presidencial. El temor del enemigo es sin dudas la ampliación de la Corte, que derrumbaría sus planes como castillo de naipes, al dejar de proteger las mafias dominantes económicas, judiciales, financieras, mediáticas y políticas que operan en conjunto con sectores del trumpismo, que también apoyan al bolsonarismo en Brasil, los Camachos en Bolivia, los Lacalle en Uruguay y quienes hoy acosan a Petro en Colombia y a Boric en Chile.
“Si tene cuatro patas, camina como un león y ruge, debe ser un león” dice la vieja frase que describe cómo evitar la mirada inocente de los acontecimientos, que siendo fragmentados en su presentación, son de difícil interpretación desde una mirada estratégica.
Esa mirada necesita una interpretación del cuadro de situación internacional, en donde se están dirimiendo disputas de poder entre el mundo Unipolar y Multipolar, que en plena guerra en terceros países, con un poder hasta ayer nomás hegemónico como el de EEUU y sus aliados, que ha perdido poder en términos reales áreas de influencia, de presencia comercial y la debilidad consecuente del dólar en términos de intercambio. Ese poder además de disputar desde la debilidad, intenta fortalecerse generando guerras múltiples, como siempre lo hizo ante cada crisis del capitalismo, provocando en el siglo XX más de 80 millones de muertos, en dos guerras mundiales, más que la Peste española.
Pero ese mismo poder tiene el Latinoamérica su última retaguardia a preservar, tanto de recursos naturales hasta áreas de influencia política y financiera que sostienen el dólar, pero con el detalle que hoy están establecidos Gobiernos populares que se plantean el intercambio comercial en sus propias monedas, como Brasil y Argentina, principales socios comerciales en la región, en un acuerdo en marcha.
A este mismo panorama en donde el mundo gira al Oriente, nuestro país en forma paralela a la negociación siempre difícil con el FMI por la deuda soberana contraída por ese mismo poder, a través del macrismo servil, para amputar la soberanía nacional, se incorpora la BRICS y también al Banco Asiático de Infraestructura e Inversión chino que hoy tiene 114 países entre los cuales se encuentran Reino Unido, Francia, Italia, Nueva Zelandia, Australia entre otros países escondidos por la prensa occidental. Ese Banco compite con el FMI como Banco de última instancia e incorpora al mayor mercado comercial del mundo como es la Organización de Cooperación de Shanghai, que nuclea más de 4,2 miles de millones de personas, casi dos tercios de la humanidad.
Estamos entonces frente a una ofensiva mucho más importante que un “dime y diretes” entre dirigentes a lo cual somos muy afectos en nuestros relatos cotidianos, mientras el poder real avanza a pasos agigantados frente a la falta de reacción del campo popular, que como el peruano debe salir a las calles frente al hecho consumado. Intentaron asesinar Cristina y no se armó ningún quilombo, ergo el enemigo avanza; la condenaron injustamente y pasó lo mismo, ergo el enemigo sigue avanzando, mientras la interna se intensifica ante el año electoral, lejano aún en medio de un cuadro económico y social que requiere respuestas inmediatas, ante el agobio del pueblo por la corrida golpista de precios, de empresarios que creen en la democracia tan poco como en el país, cuando fugan sus ganancias y provocan desequilibrios macro económicos, tan golpistas como los precios.
Si sumamos una Corte de Justicia, no suprema precisamente, sino corrupta, canalla y criminal que ha impedido el pleno ejercicio del Poder Ejecutivo votado por el Pueblo, del Poder Parlamentario también votado, para que cuatro personajes que nadie votó se hayan apropiado de la democracia argentina, debilitándola, entregándola, condicionando su funcionamiento y fortaleciendo el poder real mafioso que domina nuestro país. Ese es el enemigo principal del Movimiento Nacional y Popular al cual hay que prestar atención, antes que a cualquier dispersión que diariamente nos propone la agenda del enemigo lacayo, de segunda categoría ante la dimensión del poder nacional e internacional que estamos enfrentando.
La Argentina está en una guerra de preservación de la democracia, que incluye el respeto a la voluntad popular que quiere ser arrasada por un enemigo tan brutal como inhumano, como lo demostró durante la Pandemia intentando cerrar caminos sanitarios y como lo hizo en sus 4 años de mandato, derrumbando derechos, leyes y alterando los mecanismos institucionales con el espionaje y el armado de causas para perseguir opositores y empresarios no sumisos.
En una situación como ésta es indudable que el enemigo ha logrado horadar la voluntad y la moral de la propia militancia, alterando el objetivo de la lucha, llevando a canibalizar el conflicto interno, diluyendo la presencia y la estrategia del enemigo. Una victoria se obtiene cuando la voluntad de un pueblo es doblegada, ya los decía Carrillo en la Guerra Psicológica, en donde la acción sobre las emociones se transforma en el arma más letal de una confrontación.
Eso el enemigo lo entendió desde siempre, ante cualquier avance de los gobiernos populares, sin que la acción propia haya podido neutralizarlo, más aun contribuyendo por acción, omisión o participación en el afianzamiento de los planes de la Revolución de los Colores primero y de la Guerra de lV Generación propuesta en la actualidad, con hechos de violencia que comenzaron con el atentado a Cristina, como muestra del cambio de etapa en su estrategia.
Eso debemos preveer en los tiempos inmediatos, más violencia por parte de nuestros opositores, más agendas de ellos destinadas a la confusión, una oposición cerril ante cualquier iniciativa nuestra, nuevos atentados, infiltración violenta en nuestras propias filas, incendios de edificios públicos y provocación de caos permanente que impida consolidar los avances, aunque pequeños que se van consiguiendo en medio de una situación de debilidad estratégica en el marco internacional, dada la pérdida de soberanía en las decisiones ante la fenomenal claudicación provocada por enemigo a través del Gobierno macrista.
Deberían entender en la militancia que cualquier acción interna de posicionamiento en ésta etapa, hecha pública, favorece los planes de los enemigos golpistas, lo cual no implica enterrar el pensamiento crítico, sino por lo contrario, fortalecerlo en la apertura de nuevos caminos doctrinarios que permitan llegar a un “Gobierno amigo” en el 2023, que sin dudas estará lejos de nuestros mejores sueños de Liberación Nacional, pero permitirá a nuestro pueblo la tranquilidad necesaria, para escuchar ls propuestas que transformen una situación institucional de dependencia colonial, en una formulación que estructure un modelo social y productivo solidario, biocéntrico, con soberanía plena y consolidando la Argentina en el marco de la Patria Grande.
Para ello es necesario, insisto, en generar la institucionalización permanente del movimiento nacional, sin exclusiones, con sentimiento patriótico y determinación de lucha por la soberanía nacional, en un proyecto estratégico que determine compromisos, más allá de los electorales, sino que consolide un camino de Patria Liberada, aunque sea recorrida por caminos diferentes, pero con objetivos comunes.
No alcanza con ingenierías electorales, ni con movilizaciones sin objetivos concretos, nada sirve sin organización y no hay ninguna que totalice la contención del conjunto del movimiento nacional, por lo cual es necesario, abrirse a la discusión, evitar los dogmatismos a los cuales el peronismo siempre ajeno, convocando desde el liderazgo legítimo de Cristina en esta etapa, pero consolidando un proyecto estratégico, con las herramientas necesarias del pensamiento nacional, las ciencias, las organizaciones libres del pueblo, la militancia política social y sindical, en el convencimiento de que “sólo la organización vence al tiempo”.
Siempre habrá Movimiento Nacional, siempre habrá hambre de Liberación, siempre el Pueblo será protagonista, con sus tiempos históricos, diferentes a los tiempos biológicos que generan ansiedades anticipadas, por lo cual seremos inteligentes sino caemos en la agenda de enemigo, si levantamos la moral de la victoria, la “elación” del pueblo lo llamaba Carrillo, es decir la capacidad del compromiso pleno con la lucha por la Patria, por los sueños, por los ideales americanos, mestizos, morenos, criollos y profundos de nuestra Patria Grande que nunca debió dejar de ser. No pasarán.
* Columnista del programa "No Nos Han Vencido"
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