Es Ingeniero Naval y fue Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Consultado por #Desmalezando sobre la actualidad de la navegabilidad argentina y las potencialidades de nuestra economía, explicó que las mejoras anunciadas en relación a los controles de las vías navegables no son buenas noticias, en tanto que vienen a reforzar un sistema que es perjudicial para los intereses nacionales.
“El problema central no es un radar, sino la traza de la navegación. Argentina tiene un diseño que está al servicio de los puertos extranjeros. Lo único que se logra con estas inversiones es modernizar un sistema de navegación que es contrario a los argentinos. Lo que deben hacer es poner en valor los grandes puertos argentinos, que históricamente han servido a la economía nacional”. Horacio Tettamanti menciona a los puertos de Corrientes, San Pedro, Santa Fe, Villa Constitución y La Plata: son solo algunos de los que permanecen inactivos, pudiendo ser funcionales a un sistema de navegación con una impronta nacional. “Se insiste en una forma de navegar que consolida monopolios portuarios, obligando a la Argentina a entregar en un solo punto el 85% de sus exportaciones. Cuando no hay una planificación se generan situaciones caóticas, como el amontonamiento de camiones en la Provincia de Santa Fe”.
“¿Cómo puede ser -se pregunta el ingeniero- que un país que mira al sur y reivindica a sus Islas Malvinas se obligue a navegar al norte, sometiéndose al control de puertos extranjeros?”.
Expresa que no existe una vocación de rediseñar el mapa de nuestras vías navegables, de manera tal que respondan al país y no a un conglomerado internacional que solo nos ve como proveedores de materia prima. En ese sentido, agrega que “el Canal de Magdalena podría ser una pieza angular para transformar este modelo de sometimiento, porque permitiría la emancipación del Puerto de Montevideo y la interconexión de nuestros puertos marítimos y fluviales. Así, se podría visualizar el patrimonio marítimo-fluvial argentino como un gran sistema de navegación: un servicio de transporte a los efectos de la economía nacional”.
Horacio describe someramente los obstáculos que continúan aplastando a nuestra economía en lugar de viabilizar un despegue: “Lo que cuesta un peso si es transportado por agua, cuesta 10 en ferrocarril, y cuesta 100 en camión. Tener a la Argentina condenada al transporte camionero y sostener la centralidad del Puerto de Buenos Aires como furgón de cola de Montevideo, es resignarnos a una decadencia perpetua. Mientras sigamos así, cualquier población a más de 600km de Buenos Aires es económicamente inviable. Debemos recuperar la idea de una Argentina Grande que sea navegada desde Posadas hasta Tierra del Fuego”.
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