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Desmalezando

Stefanoni: “En todo el mundo el progresismo está incómodo con las nuevas derechas”

El historiador, jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad y autor de "¿La rebeldía se volvió de derecha?", Pablo Stefanoni, pasó por #Desmalezando y se refirió a las movimientos conservadores que se presentan alrededor de todo el mundo a partir de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

PH: Telam



En primera instancia, el autor "¿La rebeldía se volvió de derecha?" explicó que: “La idea del libro fue hacer una especie de mapeo de lo que podríamos denominar las derechas alternativas a escala global y hacer un recorrido de corrientes, de figuras, de léxicos que aparecen como nuevos y ver que hay ahí y ahí en esas derechas qué se diferencian de las derechas convencionales, liberales- conservadoras y que tuvieron un impulso muy fuerte con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. La idea era ver aspectos políticos como culturales de lo que es la derecha que se expandió por Internet, qué figuras retóricas usan, cómo pensaron una derecha que se presenta como transgresora y anti sistémica, y cuál es la diferencia de las derechas convencionales que conocemos en algunos puntos, pero incluso sobre cuestiones estéticas, y eso hace que esas posiciones transgresoras puedan hacer que puedan disputar ciertas banderas”.


Además, el historiador analizó que “Hay que pensar que las extremas derechas no son como las imaginamos o bien que si existen esos esquemas derechas que son homófobas, niegan el cambio climático, pero después aparecen otras caras de la extrema derecha como por ejemplo un youtuber que está siendo muy activo en España y está muy cercano al partido de la derecha española, y es un chico con piercing, pantalones rotos, públicamente gay y tiene una postura dentro de la extrema derecha española, entonces esa estética no es la que uno asociaba antes. Hoy aparecen esas figuras que no se distinguen mucho estéticamente de la izquierda, pero que luego tienen un discurso reaccionario entonces hay que mirar eso qué tiene que ver con la expansión de las formas de hacer política a través de internet, del peso que tiene YouTube, de los blogueros, de los youtubers, de las distintas figuras que se vuelven referentes en un mundo que está muchas veces lejos de los medios de comunicación convencionales, y que se tardan de ver esos fenómenos que van por ese lado, se tardan en ver porque no están en los medios convencionales del mainstream, entonces el libro intenta ir a ese submundo. Ahora se ven casos donde no se cumplen los parámetros habitualmente pensados de derecha”.


Por otro lado, Stefanoni desarrolló que “hay una dificultad por parte del progresismo de discutir con las derechas que se asumen como derechas. En general, en Argentina, nadie se asumía como derecha e incluso las viejas fuerzas de derecha como la UCD, la Unión de Centro Democrático, decía que eran de centro; pero aparece un espacio juvenil sobre todo, aunque hay referentes que no son tan jóvenes, de una derecha que se asume como una derecha con un discurso fuertemente anticomunista cuando hoy ya no hay comunismo en gran parte del mundo, y en ese sentido creo que eso cambia un poco el eje de los debates, lo que es el espacio del político argentino hasta el Pro asume un discurso qué retóricamente no cuestiona cierto consenso con el tema del igualitarismo, la justicia social, después pueden hacer política que va en contra, pero Macri no sale a decir que está en contra de la justicia social o defender la desigualdad, sino que va a decir que está de acuerdo con la igualdad y defender la desigualdad y por eso no podría decir que sus políticas van hacia ese lugar.


Pero esta nueva derecha dice que está en contra de la justicia social, que hay que evadir impuestos, que hay que combatir al Estado de una manera total, entonces es otro tipo de discurso frente al cual el progresismo no sabe cómo reaccionar y por eso hay mucho debate sobre que sí hay que debatir con ellos o hay que dejarlos invisibilizados, todavía no hay una estrategia muy clara. Son sectores minoritarios pero que están siendo bastante ruidosos y visibles en los últimos tiempos y a veces no se necesita ser mayoritario para introducir elementos en el debate público, ideas, sentido comunes y demás, y me parece que hoy sí miras, incluso, en los medios convencionales que hay figuras que están todo el tiempo con este discurso como Milei u otros, que no sé cómo le va a ir en las elecciones pero más allá de eso me interesa como un fenómeno que atrae a cierta cantidad de jóvenes en Argentina como para que valga la pena prestar la atención”.


En ese sentido, el jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad señaló que: “El progresismo se volvió un poco status quo por sus éxitos y, por otro lado, también por tener un discurso que a veces no es muy entusiasmante, hay cierta sensación en el progresismo de que no se puede hacer mucho y entonces creo que aparece esto como un tipo de derecha que aparece como transgresora y disruptiva que pone en cuestión ciertos consensos establecidos. En la izquierda, desde el progresismo, creemos que todo fue un fracaso siempre y desde esa derecha creen que el progresismo controla el mundo entonces también es interesante ver cómo era el mundo desde el otro lado, obviamente que desde el plano cultural es cierto que el progresismo tuvo muchos avances, y entonces hay que ver cómo se expresa esa radicalidad y va más allá de estas derechas. Sí uno observa en los chicos de las periferias europeas buscan radicalidad en el islamismo, hay una búsqueda de radicalidad que claramente no van por los canales de la izquierda revolucionaria de los ‘60 o ‘70s, y todo esto tiene algo en común: mucho de auto politización en internet, ahora basta entrar a YouTube ver un vídeo de tal o cual, y uno puede ser parte de ciertas redes y entrada de grupos de WhatsApp y demás, y conectarse rápidamente con redes locales o globales”.


Escuchá la entrevista completa acá:



Redacción: Paula Serricchio

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