En una reciente entrevista con #Desmalezando Claudia Bracchi, docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Pedagógica Nacional, compartió sus reflexiones sobre los efectos de la pandemia en los jóvenes y la importancia de la educación como herramienta clave para afrontar los retos actuales. Bracchi, quien también se desempeñó como subsecretaria de Educación en Buenos Aires durante el período 2019-2023, habló sobre la "suspensión del tiempo" que ofrece la escuela, permitiendo a los jóvenes explorar nuevas realidades y construir un futuro mejor.
"Si hay algo que no es escolar es la violencia", enfatizó Bracchi, al referirse a cómo los problemas sociales más amplios se reflejan en las escuelas. La pandemia, señaló, no sólo desafió al sistema educativo de manera inédita, sino que también intensificó problemas ya existentes, como la fragilidad de las relaciones interpersonales y el aumento del individualismo, impulsado en gran parte por la tecnología y las redes sociales. "Estamos en un cambio cultural e histórico donde las relaciones afectivas están cambiando", añadió.
Bracchi destacó la importancia de la escuela como un "caja de resonancia" de la sociedad, un lugar donde se pueden detectar y abordar problemas como el aumento de las violencias simbólicas y físicas entre los jóvenes. "Los jóvenes transitaron un dolor social", afirmó, al referirse al impacto emocional que las restricciones pandémicas tuvieron en las etapas críticas de desarrollo social y afectivo de los adolescentes. Según Bracchi, uno de los pedidos más comunes de los estudiantes al regresar a la presencialidad fue la necesidad de apoyo en temas de salud mental, destacando la importancia de crear un entorno educativo que promueva el bienestar emocional y social.
"La pandemia tiene sus consecuencias, pero también se están dando otras situaciones que afectan a los jóvenes", explicó, insistiendo en que no se debe culpar exclusivamente a la pandemia por los desafíos actuales que enfrentan los jóvenes. Además, subrayó que la escuela debe adaptarse a estos cambios y proporcionar un espacio donde los estudiantes se sientan escuchados y valorados: "Lo que los jóvenes están pidiendo a gritos es que los miremos, que los adultos y las adultas los miremos".
En su intervención, Bracchi también resaltó la necesidad de formar y capacitar a los docentes para afrontar las nuevas problemáticas que surgen en las aulas, desde conflictos que comienzan en las redes sociales hasta situaciones de consumo problemático. "Los docentes tienen una altísima responsabilidad", afirmó, destacando la importancia de que los educadores tengan las herramientas necesarias para intervenir adecuadamente en situaciones complejas.
La entrevista terminó con un llamado a la acción, instando a la sociedad a trabajar en conjunto para ofrecer a los jóvenes un horizonte de sentido que valore la diversidad y la construcción colectiva de soluciones. "Estamos viviendo un cambio de tiempo cultural", reflexionó Bracchi, "y tenemos una responsabilidad ética y política de buscar respuestas para los desafíos que enfrentamos".
En un mundo pospandémico, la educación se posiciona no solo como un espacio de aprendizaje académico, sino también como un pilar fundamental para la reconstrucción del tejido social y el bienestar de las nuevas generaciones.
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