Es escritor, Doctor en Sociología e investigador del CONICET. #Desmalezando lo convocó para conocer su opinión sobre el atentado que cuatro meses atrás sufriera Cristina Fernández de Kirchner. Desligó a la estructura del PRO de su autoría, acusándolos de incapaces de orquestar algo así, y lo enmarcó más en relación al emergente de una nueva derecha internacional.
“Durante los días posteriores al atentado, yo mismo escribí que había constituido la ruptura de un pacto democrático que regía desde 1983. Ha pasado poco tiempo, sin embargo ahora siento que sometería el hecho a una crítica más minuciosa, quizás incluso más pesimista: no sé hasta qué punto el pacto democrático no está violado por muchas razones y desde mucho antes. Los indultos de Menem, por ejemplo, constituyeron una violación a ese consenso”. Cree Pablo que el problema mayor que atañe a ese pacto social no tiene que ver ni con el respeto al otro ni con la violencia como método de resolución de los conflictos, sino con el hecho de no haber sido capaz de demostrar que la democracia es el mejor sistema de vida que puede tener el ser humano.
“No se pudo comprobar la famosísima, eficaz y creíble consigna alfonsinista de que con la democracia se come, se cura y se educa. Ese fue el consenso más fuerte, la mejor promesa que recibió el pueblo argentino, y casi todas las fuerzas políticas han hecho lo imposible por que no se cumplan. A partir de ahí, el recrudecimiento de la violencia -no diré que es una consecuencia lógica, ni algo menor- es una mancha más al tigre, si se me permite la metáfora”. Aclara que es sumamente grave que alguien haya gatillado en la cabeza a la vicepresidenta de la República, pero enseguida enfatiza que, entre tanto, ya habíamos visto desaparecer a Jorge Julio López, y como él, a tantas personas más, en manos de fuerzas policiales de distinto rango.
Consultado sobre la gestión macrista, declaró el sociólogo que produjo “muchas rupturas, pero también unas cuántas continuidades”, en relación al último gobierno de Cristina Kirchner. Adjudicarles el atentado, expresó, “sería asignarles una capacidad que no tienen. Son personas de una incompetencia intelectual y política grosera. No creo que hayan sido capaces de producir algo así. Sí creo que es algo más amplio, donde por supuesto participan los medios de comunicación, con su clásica irresponsabilidad ética y estética”. Para graficar sus palabras, trae a colación lo acontecido en los Estados Unidos durante el ocaso trumpista: “Allá, un grupo de insuficientes mentales tomó el Parlamento para imponer un presidente, contra todas las evidencias de la ley y de la práctica democrática; acá otro retardado intentó asesinar a la vicepresidenta. Lo analizo más en los términos de una nueva derecha internacional que juega a lo que quiere e interpreta a su antojo las reglas democráticas”.
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