La columna sobre el Astillero Río Santiago y el debate sobre la importancia de la soberanía nacional como posible futuro gracias a la industria naval argentina continúa en #HastaAcáLlegamos. Los diferentes intereses, tanto políticos como económicos, chocan con el plan naval argentino presentado a las autoridades, tanto es así que Nora Campaña, dirigente de la Agrupación Social 21-La Tendencia explicó cómo durante los últimos 18 años el proyecto se encontró estancado.
“Hay que ser conscientes que encarar este proyecto del plan naval argentino como liberación nacional toca directamente los intereses de la Embajada Norteamericana, de la Corona Británica sobre todo en lo que tiene que ver con el Atlántico Sur. Ya nos dijo en su momento Néstor (Kirchner) en el 2005-2006 al momento de consultar qué pasaba con las leyes del Astillero. El por entonces presidente confesó que había valijas llenas de dinero en contra de nuestros proyectos. Que lo haya admitido el presidente de la nación fue algo contundente ante tanto rumor. A todos nuestros gestos patrióticos en búsqueda de una soberanía nacional los cajonean porque es una papa calienta que no es sencilla de agarrar”, explicó la dirigente de la Agrupación Social 21-La Tendencia.
El azar no existe cuando se habla de las medidas político-económicas argentinas, “nos dimos cuenta que al ser un país productor de alimento para más de 460 millones de personas no podemos no tener flota. Entonces, no es casualidad que Menem haya destruido la flota en la década del ‘90 como parte del plan instrumental de privatización y destrucción de las empresas del estado y de la propiedad social como parte de eso, destruye la flota mercante argentina e iba por Astillero Río Santiago también, porque es una fábrica de defensa, es un constructor estatal y no lo pudo lograr por la lucha de los trabajadores y de ahí nacen estos dos proyectos de ley”, reflexionó Nora Campaña.
Cuando la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) aprueba los límites marítimos en donde se determina que un 63% del territorio argentino es mar, “también (se) legitima la hipótesis de conflicto que tenemos nosotros con la Corona Británica porque, al legalizar esos nuevos límites, también legaliza el mayor conflicto internacional que tiene como protagonista a la Argentina, que es su ocupación ilegal en las Islas Malvinas. A partir de este conflicto, entendemos que Tierra del Fuego pasó a ser el nuevo centro geopolítico del país a partir de este nuevo mapa y claramente en ubicación es superior a Malvinas, entonces lo que nos conviene es posicionar a Tierra del Fuego en el Atlántico Sur y el puntapié inicial de este posicionamiento estratégico es el cruce por aguas argentinas”, desarrolló la dirigente.
“En el año 2012 se establece como política de estado la integración de Tierra del Fuego al territorio de manera marítima. Sin embargo, a pesar de haber sido promulgada la ley por ambas cámaras y firmada por la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, aún sigue sin ser efectiva, es letra muerta” explicó Campaña. A partir de esa política naval implementada en 2012, al año siguiente la Agrupación Social 21 presenta un proyecto “de cruce corto que impulsa esto que no es una cuestión económica, sino que es una cuestión soberana. Entonces lo lógico es tener un puerto a cada lado del estrecho de Magallanes para desde ahí operar y defender ese espacio con la circulación de argentinos y las transacciones de mercadería. Se establecerían, de esta manera, en Cabo de Espíritu Santo en Tierra del Fuego y en Cabo Vírgenes en Santa Cruz. Sin embargo, lo que se impulsó fue lo contrario al interés patriótico y a la cuestión soberana: fue el cruce largo que era a más de 100 km de distancia del estrecho de Magallanes” relató la dirigente al no dudar de afirmar que tales decisiones políticas “no lo hacen porque no lo saben ni sin querer, están más que conscientes los intereses que toca el cruce corto y por eso lo tapan con un cruce largo que lo único que atiende es la integración, pero no atiende a la soberanía, que es lo que nosotros necesitamos en esta argentina marítima y con esta hipótesis de crisis de Malvinas”, sentenció Campaña.
“Vamos a presentar una circular al proyecto de liberación nacional que tiene que ver con el gran conflicto que es ser una colonia, porque la realidad es esa. Esto es una mera muestra de que Argentina es una colonia y nada más, porque está más que claro que si en 18 años se tiene conocimiento de que hay un proyecto de ley que recupera el mercado de fletes, que son 3 mil 500 millones de dólares para manejar la mitad del mercado, que hay una ley de financiamiento directo que se saca de la propia actividad a través de un impuesto del 2% e invierte directamente en la fabricación de buques a partir de un 60% de crédito y un 40% de subsidio, que esto es el Fondo de Desarrollo de la Industria Naval (FODIN); que también existe un tercer proyecto que es que el actor estatal multimodal desde la logística que es el social 21 también el estado parlamentario, entonces no es casualidad de que no se traten, es que claramente hay proyectos distintos”, explicó Campaña al entender al proyecto por fuera de intereses ideológicos de cada gobernanza ya que “el plan naval se tendría que desarrollar durante 9 períodos de gobiernos distintos”.
La dirigente de la Agrupación Social 21-La Tendencia entiende la vital importancia que tiene la política en tanto resulta ser “una herramienta transformadora que debe reivindicarse al comprometerse con un proyecto de liberación nacional. Los argentinos debemos recuperar el debate político, de los proyectos y el a dónde vamos como país. Estamos hartos de que esta situación no cambie, nunca termina de despegar Argentina y no es casualidad que eso sea así, no es casualidad subordinar a nuestro país que sea dependiente de las potencias extranjeras. Hacemos lo que hacemos para que el pueblo argentino pueda volver a recuperar su dignidad, vuelva a tener un trabajo efectivo”.
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Redacción: Paula Serrichio
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