Los siete locos, un libro excepcional escrito por Roberto Arlt en los años 1928 y 1929, años atravesados por violentas discusiones políticas y una crisis de representación que desembocarían en el golpe de Estado del 6 de setiembre de 1930.
Se cumplen 93 años desde su creación, recordamos una obra maestra de la literatura, Los siete locos. Los lanzallamas, un escrito que describe a la Argentina, de las primeras décadas del siglo veinte, ayer como hoy, se pueden recuperar ciertos condimentos y condicionantes de una sociedad que no termina de encontrar el rumbo de representación electoral, por decir algo. Roberto Arlt describe una sociedad en crisis, que ha perdido sus valores y sus creencias, el desencanto de una sociedad ante gobiernos que no pueden cumplir con los ideales de igualdad social, de proyección de futuro, de inclusión, sacando el tema de la inflación alarmante que tenemos en la actualidad, bien podría ser una descripción de nuestra realidad social.
El próximo 19 de noviembre, como ciudadanos, caminaremos hacia las urnas para elegir a un presidente que gobierne y decida, sobre el destino de un país y de 46 millones de Argentinas y Argentinos. Dos popuestas antagonicas se enfrentan en una eleccion que promete dejar secuelas, gane quien gane, el futuro economico y social, parece incierto, Como diría el Astrólogo, «no sé si nuestra sociedad será bolchevique o fascista. A veces me inclino a creer que lo mejor que se puede hacer es preparar una ensalada rusa que ni Dios la entienda».
Por un lado, tenemos propuesta de reventar todo, estado, moneda, ayudas sociales, educación, salud, pedir créditos y endeudarse hasta que el último que se marche, que apague la luz, donde solo se salva, aquel que tiene dinero y que el mismo sea de una tonalidad verde, como ya dijo en varios lugares... la moneda nacional, no cuenta.
Mientras que en la vereda de enfrente, tenemos a alguien que propone un andar un poco más tranquilo, de seguir sufriendo, pero con educación libre, hospitales públicos, Estado protector y con una melodía que parece, se va a repetir por mucho tiempo, "Donde hay un mango", como cantaba la inolvidable Tita Merello, y siempre que aparezca un billetin, a pagar deudas del otario, que de regalo nos dejó.
Pero si la apuesta sale mal, y creo que sería alarmante, gane quien gane, atentos, debemos estar a lo que pase después, a lo que vendrá, hoy estamos en una dicotomía electoral, entre elegir a un fascista o un garantista del Estado protector, si esto sale mal, como diría el Astrólogo de Arlt: "¿Ustedes creen, que las próximas dictaduras van a ser militares?".
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