En #Desmalezando charlamos con Lautaro Leveratto, quien coordina a nivel nacional, la Federación Rural por la Producción y el Arraigo, una herramienta de organización que nace con la aspiración de ser una entidad agropecuaria donde puedan confluir las familias agricultoras del campo, los trabajadores y las trabajadoras de la tierra y las comunidades originarias que tengan un rol social en la vida productiva de los parajes y los poblados más pequeños del territorio nacional. No se sienten representados por la denominada mesa de Enlace, y exigen por esa razón armar una mesa de trabajo con el Estado.
“Es una organización que nuclea distintas experiencias a nivel nacional, algunas con más de 30 años: cooperativas agropecuarias, cooperativas de trabajo, pymes de la ruralidad y también del sector productivo. Actualmente, la federación tiene presencia en 20 provincias, y alcanza a más de 30 mil familias trabajadoras. Horticultores, ganaderos, floricultores, trabajadores de la pesca artesanal, tanto de río como de mar. También comercializadoras y sectores vinculados a la producción”. Cuenta Lautaro que la federación ya tuvo diversos lanzamientos y presentaciones, en Salta, Jujuy, Tucumán, Córdoba, también en la Provincia de Buenos Aires y en el norte de Río Negro.
Paralelamente, ya fue iniciado en INAES el expediente que le dará el marco legal de federación.
Más allá del proceso pertinente que la acredite como federación, lo cierto es que ya engloba a más de 60 cooperativas de diversos territorios, en tanto que alrededor de 170 organizaciones de base también están integradas a su trabajo y agenda. Lautaro menciona el ejemplo del sur de la Provincia de Buenos Aires, entre el Municipio de Villarino y Carmen de Patagones: “Allí se produce el 70% de la cebolla que se consume en el país y el 80% de la que se exporta. Cerca de 7000 pequeños agricultores y trabajadores del campo, solamente en esa región, forman parte de nuestra federación”.
Expresa que esta presencia de la federación, extendida en términos de cifras y de territorio, la convierte en una nueva herramienta gremial de la agricultura, “para defender e impulsar proyectos tales como el del acceso a la tierra, y para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de miles de pequeñas unidades productivas de todo el mapa, que son, en definitiva, las que elaboran los alimentos que luego llegan a las mesas de todas las familias argentinas”. Lo que se propone la federación es que el Estado comprenda que apoyar al sector es una cuestión estratégica para la economía nacional: “Es una herramienta, incluso, para combatir la inflación: el censo agropecuario de 2018 demostró que cada vez menos familias agricultoras permanecen en el campo, y esto es un problema grave para el abastecimiento de alimentos de la sociedad. Debe revertirse esa tendencia. Por eso es estratégico a nivel estatal fortalecer este sistema productivo, generando oportunidades de empleo y convocando a la juventud para que se queden a trabajar en sus lugares”.
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