La nueva Directora Nacional de Maternidad e Infancia pasó por los micrófonos de #Desmalezando y habló sobre la construcción del Frente por la Niñez en la campaña, la recuperación del programa QUNITA, vacunas, alimentación, lucha frente a las drogas y más.
Gabriela Bauer es médica pediátrica del histórico Hospital Garrahan, pero después del 10/12 se transformó en la nueva Directora Nacional de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud. Desde su cargo de base, describe los estragos sufridos durante los años macristas: “Para quienes trabajamos en el campo de la salud pediátrica, lo que nosotros percibíamos hacia finales de 2015 como desesperación, lo confirmamos luego: la destrucción de logros fundamentales, de esa compensación que habíamos alcanzado con tanto esfuerzo para sectores más desprotegidos”. Sin embargo, hace referencia a la importancia de la organización para combatir esas políticas: “Eso fue la expresión de que los niños y las niñas más pobres de nuestro pueblo no merecen un buen vivir, la línea como modelo de inclusión de QUNITA fue destruida, hay que recuperarla. Pero desde el Instituto Patria, y con Daniel Gollán como coordinador, nos sentimos muy poderosos/as. Nos fuimos reconociendo como actores de salud infantil, pediátrica, fuimos a la defensa de QUNITA, se logró la reacción colectiva, y fuimos identificando la potencia de lo que habíamos desplegado: el efectivo calendario de vacunación, el ‘Ellas Hacen’, el Fines, etc.”
El “Frente por la Niñez” que se conformó durante la campaña, tuvo una activa militancia y participación en el territorio junto a distintas organizaciones, y Bauer relata una de las anécdotas más potentes de una de esas recorridas: “En una salida a los barrios -que se multiplicaron porque encontramos muchas mujeres que querían hacer rondas y charlas- fuimos a un barrio periférico en Quilmes. Cuando llegamos en un día de muchísimo calor, descubrimos que el lugar estaba junto a un arroyo que emitió un olor tan nauseabundo que te volteaba. Junto a mí, una persona especialista en bacteriología, a la que le dije: “No podes creer esto, no?” Más adelante, llegamos a la casa de una compañera que apenas nos recibe, nos dice: “Seguro para ustedes el problema es la contaminación del agua o que nuestros chicos/as no comen bien, pero para nosotros es la droga, que a las 11 años se lleva a nuestros hijos/as y no los devuelve”. Y afirma: “Estos encuentros permiten que se nos interpele, se interpele la formación, los saberes, fuimos creciendo junto a ellas.”
La emergencia ubicada en un lugar central durante la campaña, y en el proyecto de ley sancionado en el congreso, tiene su capítulo en la alimentación y la desnutrición infantil que incluso motivó la formación del “Consejo Nacional de Argentina contra el Hambre”. Para la pediatra: “La garantía del derecho básico desde el Estado se hace rápido. El problema son las soluciones de fondo. No necesitamos ponerle más aceite al guiso, necesitamos que a los lugares más pobres lleguen los mejores alimentos, el mejor balanceo, la educación nutricional, las cooperativas de agricultores, los bajos precios producto del acuerdo con supermercados y minoristas, etc.” Y allí aporta un dato escalofriante: “Un relevamiento que nos hizo llegar la organización Barrios de Pie revela que sólo en el área metropolitana hay 25.000 pibes/as con problemas de desnutrición y malnutrición infantil. ¿Qué quedará para el Norte argentino profundo u otras regiones donde la pobreza es más acuciante, no?”
Otro de los elementos recurrentes en las recorridas y la demanda tiene que ver con las drogas. Por eso Bauer asegura: “Mientras combatimos al narco, necesitamos una profunda intervención inter-sectorial desde la salud pública, la salud mental y la educación para contener y mitigar los riesgos de esto. Las cifras de víctimas crecen a pasos agigantados, y se llevan puesto al momento más sagrado de la construcción social de los sujetos, de un individuo: la adolescencia.”
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