En un contexto donde los índices de pobreza y la inflación golpean los ingresos de las familias argentinas, la Empresa Pública de Alimentos (EPA) emerge como una respuesta innovadora para garantizar el acceso a alimentos de calidad a precios más justos. Antonio Salinas, director de la iniciativa, explicó en #Desmalezando los objetivos y logros del proyecto, que ya tiene su primera planta de fraccionamiento en Rosario y planea expandirse a otras regiones del país.
“Siempre decimos que la Empresa Pública de Alimentos es una humilde respuesta a un viejo problema. En Argentina, producimos proteínas para 400 millones de personas, pero un millón de chicos se van a dormir sin comer. Es un drama estructural que debemos abordar”, afirmó Salinas.
La planta, ubicada en el sudoeste de Rosario, cuenta con 1.200 metros cuadrados de infraestructura y tecnología para procesar alimentos directamente desde el campo. Según Salinas, “lo que se produce cerquita de las grandes ciudades se queda en esas ciudades. Clasificamos, limpiamos, fraccionamos y ofrecemos productos sanos y baratos, producidos por manos argentinas”.
Una apuesta por las economías regionales
La EPA fomenta la participación de pequeños y medianos productores, estableciendo precios más justos y evitando que tengan que recurrir a grandes concentradoras. “Ya tenemos productores que siembran específicamente para nosotros, lo que también les permite planificar sus cultivos. Este modelo no solo reduce costos, sino que promueve la rotación de cultivos y un impacto positivo en el medio ambiente”, destacó el director.
Productos accesibles y de calidad
La planta produce alimentos como arroz, lentejas, garbanzos, porotos, polenta integral y hasta un dulce de leche de producción propia. Estos productos son distribuidos a través de sindicatos, asociaciones y bocas de expendio locales, reduciendo los costos de intermediación. “Logramos cajas nutricionales que cuestan un 40% menos que las segundas marcas de los hipermercados”, indicó Salinas, quien resaltó el rol de los sindicatos docentes en las compras colectivas como impulso inicial del proyecto.
Impacto social y expansión futura
El proyecto tiene una capacidad instalada para producir 400 toneladas mensuales, aunque actualmente opera al 25%. “Estamos recién comenzando, pero cada mes incrementamos la producción. Nuestra idea es demostrar que otra forma de acceder a los alimentos es posible”, aseguró. La EPA también avanza en la apertura de una segunda planta en Pérez, Santa Fe, donde se fabricarán barritas de cereales y legumbres. Además, experiencias similares están replicándose en La Plata, en colaboración con otras cooperativas.
Un modelo de gestión social
Antonio Salinas destacó el carácter social de la empresa, que nace bajo el paraguas de Ciudad Futura, movimiento político que casi gana la intendencia de Rosario en 2023. “Aunque no hayamos llegado al gobierno, estamos demostrando que las ideas de nuestro plan pueden hacerse realidad. Esto no deja de ser una política pública y una apuesta por una Argentina más justa”, concluyó.
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