Pablo Paolasso es Doctor en Geografía e investigador del área de Población y Hábitat, en el Conicet. Consultado por #Desmalezando sobre los datos provisorios arrojados por el Censo Nacional, resaltó la importancia de repensar nuestro sistema jubilatorio e hizo hincapié en algunos resultados que llamaron la atención, por su impacto demográfico.
“Si sube la edad jubilatoria, se reduce la franja social a la vez que aumenta la cantidad de aportantes: es un doble movimiento. Por cada persona jubilada, se estima que se necesitan 3,3 personas en actividad. Hoy, en Argentina, por cada persona jubilada hay dos que permanecen productivas. Cerca del 50% del presupuesto nacional se va en aportes jubilatorios y asignaciones sociales: es alarmante. Debe discutirse la jubilación en nuestro país, pero no tomando a las personas como si fueran números, sino produciendo las condiciones para que todos podamos tener una vida digna, inclusive una vez que dejamos de trabajar”. Remarca las problemáticas propias del sistema previsional, pero también se detiene en otras cuestiones que reveló el último censo: “La tasa de fecundidad continúa desplomándose en nuestro país y el descenso no es aún más pronunciado debido a la persistencia de políticas sociales, como la Asignación Universal por Hijo”.
Pablo Paolasso se desmarca de ciertas creencias, tristemente extendidas en la sociedad, como que muchas mujeres se embarazan adrede, para poder acceder a ese beneficio. Dice, no obstante, que en un país con la pobreza desbordando el 40% de la población y un sinfín de problemas cotidianos, cualquier ayuda es bienvenida. El geógrafo recoge dos datos concretos que arrojó el Censo Nacional: el primero es que la población argentina ronda los 47,3 millones de habitantes, un millón por encima de lo que el INDEC había proyectado; el otro resultado es que está constituida por un 53% de mujeres y un 47% de hombres, en tanto que el 0,12 de las personas que respondieron la encuesta declaró que no se identifica ni como varón, ni como mujer. Es la primera vez en la historia que el censo recoge esta información. “A pesar de cómo está distribuida nuestra población, hay que saber que nacen un 5% más de varones que de mujeres. La conclusión es que los hombres mueren prematuramente: una posible explicación es que son ellos quienes mayormente protagonizan los accidentes fatales y los fallecimientos por hechos violentos. Mientras que la esperanza de vida de una mujer, en Argentina, es de 78 años, la de un varón es de 72”.
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