Es ingeniero y presidente del consorcio del Puerto de La Plata, uno de los diez puertos públicos que posee la Provincia de Buenos Aires. Su gestión se presenta como superavitaria, pero explica que, tratándose de un bien público, no produce ganancia sino reinversión. Fue convocado por #Desmalezando para agregar una voz autorizada a la discusión sobre las vías fluviales del país y el proyecto de poner en funcionamiento el Canal Magdalena.
“El sistema fluvial argentino, integrado por el Río de la Plata y el Paraná, presenta deficiencias graves, que incrementan permanentemente los costos de la logística. El Canal de Punta Indio es angosto -tiene solo 100 metros de ancho-, y esto produce que, cuando un barco va en un sentido, el que viene en sentido opuesto deba aguardar a que complete su trayecto para poder avanzar. Si un buque queda varado, como ocurrió el año pasado, el resto debe detenerse, porque no tiene manera atravesar el canal”. José María detalla que ingresan a la vía navegable entre 4 y 6 mil buques por año, y que la pérdida que se produce por las demoras, en términos anuales, se calcula en el orden de los 90 millones de dólares.
Agrega el ingeniero que, si el Canal Magdalena comenzara a operar, entonces contaríamos con dos salidas al mar, y por consecuencia tranquilamente podría destinarse una al ingreso de los buques y la otra al egreso, algo que ordenaría el tránsito fluvial de nuestro país. “Tendrías, además, un canal más ancho, porque el Magdalena tiene 250 metros, y con esas dimensiones sí cabrían dos naves a la vez. Finalmente, la otra ventaja es que la espera de los buques, que según el caso puede ser de varios días, sería frente a la costa argentina y ya no sobre la uruguaya, como ocurre hoy. Ese cambio implicaría un nivel de consumo importante para el país. Se estima entre 30 y 60 millones de dólares por año, por el global de lo que gastan los buques mientras aguardan para completar su transacción. Son recursos que pueden contribuir a un desarrollo industrial importante”.
Entre las desventajas, hay una que resulta evidente: si Argentina decidiera incorporar el Canal Magdalena a su traza fluvial, se doblarían los trabajos de mantenimiento en relación a la situación actual. Así y todo, es una desventaja relativa: “El costo de mantenimiento del Canal Magdalena es muy inferior al de Punta Indio, y eso habla también de una vía mucho más eficiente. Son gastos que tranquilamente podrían absorberse de lo que se recauda en términos de peaje, en cuyo caso ni siquiera supondría pérdida”. Expresa Lojo que, cualquiera sea la hipótesis de navegación, la incorporación del Magdalena produciría alivio a una economía nacional que se presenta muy golpeada.
En estos días se verificará la voluntad del gobierno nacional, en relación a apoyar o desestimar el proyecto del Canal Magdalena. Está en juego la soberanía nacional, y es algo que nos afecta a todos y todas.
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