Rubén, hijo de Jorge Julio López, dialogó con el programa La Noción por Radio con Aguante. Contó que se enteró de la concesión de la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz porque comenzaron a llamarlo de distintos medios: “Fue un baldazo de agua fría”.
Sobre la apelación a la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6, Rubén dijo estar inhabilitado para hacerlo ya que él no forma parte de ninguna de las querellas. Otros familiares de víctimas lo llevarán a cabo aunque admite que “el proceso llevará mucho tiempo y mientras tanto Etchecolatz está disfrutando en su casa”.
“Es un indulto encubierto”, aseguró, “Tiene seis cadenas a reclusión perpetua y lo premiaron. Es como si a Hitler lo hubiesen dejado en libertad después de lo que hizo en la Segunda Guerra Mundial”.
Miguel Etchecolatz fue jefe de la Policía Bonaerense durante la Dictadura Militar y estuvo al frente de 21 centros de detención clandestinos . En 2014, luego de que se anularan las leyes de impunidad, fue juzgado y encarcelado por crímenes de lesa humanidad como La Noche de los Lápices, apropiación de menores y las dos desapariciones de Jorge Julio López. “Hasta hace dos años atrás éramos un ejemplo mundial por encarcelar a genocidas”, dijo Rubén.
Sobre su balance del año confesó que fue muy duro por el fallecimiento de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. “Falleció mi vieja sin saber lo que pasó con su esposo después de 55 años de casados”.
Agradeció los mensajes que recibe constantemente y la presencia de la gente en los “broncazos” que se están realizando en reclamo por los beneficios a los genocidas: “Me dan fuerzas para salir adelante. Yo solo no me puedo bancar esto”.
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