La represión policial irrumpió con violencia el pasado 12 de marzo en la Ciudad de Buenos Aires. Las imágenes de manifestantes golpeados y el fotógrafo Pablo Grillo herido recorrieron las redes sociales, mientras más de 100 personas eran detenidas arbitrariamente. Para Mercedes Trimarchi, legisladora porteña por el Frente de Izquierda Unidad, no fue un hecho aislado: fue la muestra más cruda de una política de ajuste y represión sostenida desde hace años.
“Hay un superávit fiscal, pero el gobierno de la Ciudad ajusta igual”, denunció Trimarchi en diálogo con #Desmalezando. En sus palabras, el adelanto electoral al 18 de mayo y la implementación de la boleta única digital no son más que “maniobras” para ocultar los problemas de fondo. Tras 18 años de gestión del PRO, la crisis social se siente en las calles: los alquileres asfixian a las familias, que pasaron de un 20% a un 45% de inquilinos en menos de dos décadas, mientras la precarización laboral y el empobrecimiento avanzan sin freno.
No solo en las calles se percibe el deterioro. La legisladora cuestionó las tres reformas educativas de los últimos años y los bajos salarios en el sistema de salud, que dejan en evidencia el abandono estatal hacia las áreas más sensibles.
Pero detrás del escenario de crisis, el Frente de Izquierda busca hacer oír su voz. Trimarchi confirmó que presentarán oficialmente sus candidaturas, con el objetivo de visibilizar las demandas sociales que, según afirma, el gobierno intenta silenciar con palos y maniobras electorales. “Nos quieren distraer, pero vamos a seguir peleando por lo que realmente importa”, concluyó la legisladora. Mientras tanto, en las calles de Buenos Aires, las heridas de la represión y el ajuste siguen abiertas.