Desde Tegucigalpa, el periodista argentino Ezequiel Sánchez describió en diálogo con #AVosPatria una transformación profunda que atraviesa Honduras desde la llegada al poder de la presidenta Xiomara Castro. Un gobierno que, en menos de tres años, impulsa una batería de políticas públicas que intentan revertir años de exclusión, corrupción y abandono estatal.
Uno de los pilares de esa transformación es el «Programa Nacional de Alimentación Escolar», que ya alcanza al 98% de la población estudiantil. “Este programa ha sido revolucionario”, aseguró Sánchez, y detalló que ha logrado recuperar los índices de presencialidad escolar tras la pandemia y años de deserción escolar agudizada por la pobreza. “En estos contextos, a veces ese desayuno puede ser la única comida del día para muchos niños”, subrayó.
Lejos de tratarse de una medida aislada, el programa se inserta en una estrategia estatal más amplia que incluye la reparación de más de 5.000 escuelas, la recuperación de paritarias docentes y la distribución de kits escolares, zapatos, tablets y computadoras a través del plan *Red Solidaria*. “Lo que se busca es recuperar la dignidad de la escuela pública y de quienes la sostienen”, afirmó.
Sánchez recordó también que la situación heredada tras doce años de gobierno de Juan Orlando Hernández era alarmante: una deuda pública que pasó de 3.000 a 20.000 millones de dólares, secretarías completamente tercerizadas y una ausencia total de planificación estatal. “El primer año de gobierno fue recuperar las arcas del Estado, revisar contratos, cortar con los fideicomisos y empezar a invertir sin robar”, sentenció.
Consultado sobre las críticas que tildan estas políticas de “asistencialistas”, respondió con contundencia: “Para la derecha, cualquier inversión del Estado es un gasto. Pero hay que ser ciego para no ver todo lo que se está haciendo”.
La obra pública también es protagonista. Desde caminos reconstruidos con concreto hidráulico hasta canchas deportivas para combatir el reclutamiento de adolescentes por el narcotráfico, el Estado hondureño parece estar asumiendo un rol activo. “Estamos viajando todas las semanas a inaugurar tramos carreteros”, contó Sánchez, y recalcó que no se trata de “asfalto electoral”, sino de obras estructurales y planificadas.
Frente a las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, donde no existe posibilidad de reelección, el gobierno de Xiomara Castro entra en una veda que obligará a pausar la inauguración de proyectos. “Ya estamos en la adrenalina final”, señaló el periodista, anticipando que se vienen meses clave para el futuro político del país.
En tiempos donde en gran parte de América Latina se debate el rol del Estado, la experiencia hondureña ofrece un contrapunto. Como remarcó Sánchez, “no hace falta ser un Premio Nobel para transformar la realidad: alcanza con voluntad política, ética y un poco de criterio”.
